En las escuelas y jardines de infantes se realizan en las fechas patrias actos donde los niños suelen interpretar a miembros de la
élite, algunos de ellos venerados como próceres. En cambio, en aquellas obras los sectores subalternos son reducidos a meros
actores secundarios, personajes extravagantes, alegres trabajadores y algo ridículos que pasan a ser parte de la escenografía.
La propuesta es pensar estos personajes como sujetos reales que protagonizaron aquellos hechos, cambiando de perspectiva: la
historia ahora la cuentan los de abajo.
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